En general la cocina española posee un rasgo característico, que es el uso del aceite de oliva y la gran variedad de frutas y verduras que son utilizadas en los platos ibéricos.
La cocina española fue en sus inicios, influenciada por los romanos, quienes aportaron la levadura y el pan. Luego con las invasiones judías y árabes se originó una mezcla de gustos y sabores inigualables.
Con la llegada de los españoles a América se introdujeron productos como el tomate, la patata, maíz, pimientos, alubias, chocolate, piña, etc.
Si bien todos estos productos fueron desperdigados y comenzados a producirse en todas las regiones, hoy día cada rincón de España posee sus platos y sus maneras de incluir los elementos a su gastronomía:
Andalucía: Simplicidad. Platos como el gazpacho, salmorejo, ajo blanco y las migas, sin olvidar el pescado.
Levante: Principalmente arroz en todas sus variantes; una de ellas es la famosa paella valenciana.
Cataluña: Influencias francesas e italianas, cocina casera como vuestras abuelas.
Aragón: son emblemáticas sus migas de pastor, el pollo a lo chilindrón, las frutas de Aragón, el ternasco, las borrajas y el cardo con almendras.
El País Vasco es el rey de la cocina española y destaca, ante todo, por su preparación de pescados como el bacalao a la vizcaína, el txangurro, el besugo, el cabratxo y sus inigualables carnes preparadas en las brasas.
En Madrid son imprescindibles el cocido madrileño, la sopa de ajo y el chocolate con churros.
En Castilla el cordero asado, los duelos y quebrantos, el cabrito asado, el morteruelo, el ajoarriero, sin olvidarnos del chuletón de Ávila.
Sin duda, si aun no conocéis estos manjares, debéis hacerte un pequeño lugar en la agenda y viajar para experimentar lo mejor de cada región.
